Un blog con contenido bíblico para cubrir las necesidades espirituales de la mujer de todos los tiempos.
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martes, 14 de octubre de 2014

Basta a Cada Día su Propio Mal

Por Yoli de Mallén

Cuando leí por primera vez este versículo en la Biblia, en Mateo 6:34 que dice;

Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.

Me llamó grandemente la atención, el que se contemplara cada día con su propio mal. ¿Por qué mal y no bien?

A medida que avanzo en la vida veo que para el hombre sus días en la Tierra, aparentan ser más los malos  que los buenos,  por lo general.
Veamos el comienzo de un simple día común y corriente; para un ser humano de edad mediana, dígase de 35 años en adelante.

Citamos algunos ejemplos para que quede claro:

1.    Si no estamos enfermos, solo el despertar nos trae cualquier molestia o dolor que nunca antes habíamos experimentado en el cuerpo.
2.    Al cepillarnos, observamos arrugas, resequedad, ojeras, canas y demás detalles que han cambiado en nosotros.
3.    Notamos de inmediato unas libritas mal alojadas que nos dejan desanimados y recordando que debemos dedicarle más tiempo a los ejercicios.
4.    El trabajo nos agota y nos cansa más que antes, deseando que lleguen pronto las vacaciones añoradas.
5.    La comida ya debemos irla reduciendo en cantidad y controlando, pues no nos asienta igual o nos engorda más que antes.
6.    Postres y helados… ¡ni pensarlo! Ya no se pueden dar todos los gustos, resultan muy caros y menos a diario.
7.    Ya en la tarde estamos agotados, para seguir inventando mucho más actividades, preferimos algo más tranquilo y relax.
8.    Nos exaltamos con facilidad y perdemos la paciencia con el tráfico, con los niños, en el trabajo y hasta con nuestro compañero o esposo.
9.    Examinamos y le damos mente a problemitas que antes no nos molestaban, nos preocupamos a veces sin necesidad.
10. Empezamos a ver el lado negativo de las cosas y nos volvemos pesimistas con las cosas nuevas y arriesgadas.
11. Pensamos más bien en descansar y tomar todo con más calma, que involucrarnos en muchas actividades.
12. Visitamos los médicos con más frecuencia.
13. Añadimos vitaminas, medicamentos y cremas para mejorar la salud a la dieta diaria.
14. No nos agrada cuando tenemos que reconocer que no rendimos igual, ni tenemos la misma capacidad y destreza que cuando joven.
15. Empezamos a pensar en la muerte, que antes nunca lo consideramos.
16. Podemos sentarnos a ver el mar en la playa y no bañarnos.
17. Observamos fotos de cuando fuimos niños,  con nostalgia.
18. Sentimos que el tiempo va muy aprisa.

¿Quedó claro?

Qué bueno es saber por la Palabra de Dios; que NO podemos estar afanados, que solo nos debemos concentrar en el día a día que vivimos.
Recordemos que nuestra AGENDA (como dice mi esposo) debe estar en los cielos, y no en nuestras manos.

Nosotros podemos organizarla, pero solo Dios sabe si la llevaremos a cabo tal cual la hemos programado.
Solo si entendemos esto podremos vivir cada día disfrutándolo a plenitud y gozándonos completamente sabiendo que forma totalmente parte del plan de Dios para nuestra vida.
No nos sirve de nada afanarnos por el mañana, si no sabemos nada con certeza de él.

Aprendamos  a disfrutar todo lo que nos sucede, a ver lo bueno aún en las cosas malas o negativas a nuestros ojos, que nos acontezcan. Dios nos permite cada cosa para nuestro bien, si le amamos a Él, y todo tendrá un propósito especial y necesario.
Sabemos que el tiempo en esta vida es corto, y si no lo crees… mira hacia atrás, lo rápido que te han pasado los años.

El pasado, pasado es,  no volverá y nada podrás cambiar.
El futuro, ni siquiera el inmediato podemos asegurarlo… entonces,
¿Por qué no vivir a plenitud el presente?
¿Por qué no darle tu vida a Cristo y gozarte con cada minuto que te regala?
No sabemos cuánto nos falta.
Ni hasta donde llegaremos.
Ni lo que lograremos.

Démosle el sentido correcto a la vida, el que Jesús nos enseñó. Veamos Colosenses 3:23-4  lo que nos recuerda,

Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres;
Sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís.

Nuestra vida solo sirve si servimos…
Y si servimos a nuestro Amo, Rey y Señor; Jesucristo.


¡Sirvamos!

jueves, 14 de agosto de 2014

“Un Regalo Inesperado”

Por Yoli de Mallén



¿Habrá alguien que no le gusten los regalos?

Siempre hay motivos para regalar y para que te regalen: cumpleaños, aniversario, boda, nacimiento, día de la amistad, navidad etc.

Pero no sé si piensas como yo; que uno de los mejores regalos son aquellos o aquel que llega sin esperarlo… de sorpresa.

Nuestros seres queridos pueden tratar de esmerarse en cumplir esta demanda y la pueden lograr muy bien.

Pero nada se compara el ver cuando Nuestro Gran Dios Todopoderoso se detiene a complacer un insignificante deseo de nuestro corazón.

A veces es algo que ni siquiera hemos exteriorizado, que nadie sabe, no lo hemos hablado con nadie, que ni siquiera es tan importante ni imprescindible para nuestra vida, y aún así  vemos como Dios lo permite y se hace una realidad.

 Puedo mencionarte cosas tan simples  y tontas como estas:

  • Desearía un helado de tal marca o sabor…. Y te invitan a tomar helado.
  • No tengo ese lápiz de labio color coral… y te lo regalan.
  • No tengo como ir al supermercado…aparece una llamada: ¿mami me necesitas para algo?
  • Quisiera descansar…. Me da gripe y tengo que descansar.
  • Hace mucho que no sé de un ser querido de afuera…. Recibo la llamada.
  • A  veces solo pienso “No quiero cocinar hoy”…  y sin razón, piden la comida o eres invitada a casa de un hermano a comer.
  • No tengo el dinero completo… y aparece un sobre para ti con una ofrenda especial.
  • No tengo dulces para los nietos… y te regalan una fundita de chocolates que te trajeron de fuera un hermano que llegó de viaje.
  • Te sientes sola… y recibes una llamada de alguien que se acordó de ti y estaba orando por ti.
  • Me gustaría testificarle a alguien y no puedo salir… te tocan a la puerta o llaman por teléfono alguien equivocado.
Hemos visto la mano de Dios y cómo Él nos agrada y complace y nos provee de aquellas “Sorpresas”, nos hace esos REGALOS INESPERADOS. Y nos deja boquiabiertos, admirados,  perplejos, sorprendidos, asombrados.

¡Qué gozo saber que nuestro Dios conoce hasta lo más profundo de nuestro ser, nos conoce en lo más íntimo,  conoce aún nuestros pensamientos!

Y que se detiene a complacernos.
Me complace a mí… tan insignificante y sucia criatura, llena de pecado que solo  puedo amarle y tratar de obedecerle, soy una más, entre todos sus hijos.

 Y pensar que ya Él hizo todo por mí, inclusive me amó primero.
Y todavía me complace en pequeños detalles…

¡No hay otro Dios como Tú!  Ni lo habrá.

Gracias mi Señor,  por haberte revelado ante mis ojos llenos de oscuridad y un día darme de Tu Luz Verdadera para poder ver  y entender tu Preciosa Palabra.

Gracias,  por darme la oportunidad  de comprender y aceptar el más maravilloso REGALO que has dado al mundo y a mí; la Obra de Redención de Tu Hijo Jesucristo; y su muerte en la Cruz y el perdón absoluto de mis faltas y  pecados.

Gracias,  por el regalo de la Salvación de mi alma y la vida eterna

Desde que te conocí mi vida ha estado colmada de regalos; tu Santo Espíritu morando en mi corazón, dones maravillosos para servirte, la manifestación del fruto del Espíritu en mi vida, muestras de misericordia inmerecidas, Tu Provisión diaria, Tu Protección en cada situación, Tu Consuelo cuando lo necesito, Tu compañía permanente, Tu ayuda incondicional, Tus consejos sabios en tu Palabra para cada situación de mi vida, has sido mi refugio, Mi Defensor, Mi amigo fiel…

Mi hermana, si conoces a Cristo… no tengo más nada que decirte, sé que me entiendes y apruebas todo lo que he dicho.

Mi amiga, si no has recibido y aceptado a Cristo como Tu Salvador Personal.  Es un buen tiempo para recibir el más grande y maravilloso REGALO de tu vida.

Rompe la envoltura del pecado que lo amarra, quítale la cinta de la indiferencia e incredulidad, y abre tu corazón para tu encuentro con Jesucristo.

Romanos 8:32 dice,

8:32 El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿Cómo no nos dará también con él todas las cosas?

¡No pierdas la oportunidad ni dejes que otros te cuenten!

¿Te gustan los regalos?

Qué esperas…




martes, 5 de agosto de 2014

¡A Limpiar!

Por Yoli de Mallén

Hablar de LIMPIEZA… bueno... es hablar en grande.
Hay muchas cosa que necesitan limpiarse.
Algunas continuamente y muy a menudo; y otras cada cierto tiempo.

Hasta nosotros mismos necesitamos limpiarnos; por fuera, nuestro cuerpo completo y por dentro a nivel espiritual.

A mí en lo personal, me encanta la limpieza, sobre todo ver los resultados; todo toma un aspecto diferente, luce como nuevo, brillante hermoso, da gusto verlo.
Por tanto como administradora de mi hogar, trato siempre de mantenerla bien limpia y ordenada, mi casa habla de mí.

Pero hoy quiero hablarles sobre una limpieza en particular que una vez hice en mi vida y en mi casa apenas me convertí a Cristo; y he tratado de nunca más entrar ese tipo de basura y suciedad a ella.

Todo comenzó cuando por primera vez leí en La Palabra de Dios 2 a los Corintios 6:14-18 y el 7:1 que dice:

6:14 No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?
6:15 ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo?
6:16 ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo:
Habitaré y andaré entre ellos,
Y seré su Dios,
Y ellos serán mi pueblo.
6:17 Por lo cual,
Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor,
Y no toquéis lo inmundo;
Y yo os recibiré,
6:18 Y seré para vosotros por Padre,
Y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso.


7:1 Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.

Eso fue suficiente para comenzar un proyecto de “Limpieza del Hogar”.

Comencé junto a mi esposo a sacar todo tipo de basura espiritual que ensuciara mi Hogar; puesto que ya nosotros habíamos limpiado primero nuestros corazones, recibiendo el perdón de nuestros pecados, al recibir a Cristo como Salvador personal.

Oramos al Señor y le pedimos que nos ayudara a sacar todo lo que no Glorificara Su Nombre, y pudiera ser tropiezo a otros que nos visitaran.
Comenzamos la obra y quedamos sorprendidos al ver tantas cositas que no parecían hacerle daño a nadie, pero que NO Glorificaban el nombre de Nuestro Gran Dios y Salvador.

Les mencionaré algunas de las que todavía, más de 30 años después todavía recuerdo:

1.    Sacamos y rompimos estatuillas de santos y vírgenes católicos.

2.    Cuadros  y medallitas de imágenes de vírgenes, santos, del Sagrado corazón de Jesús, la Santa Cena, Jesús crucificado etc. Los sacamos de nuestro hogar.

3.    Nos deshicimos de rosarios, misales, catecismos,  escapularios.

4.    Sacamos llaveros y accesorios de Nueva Era,  y rabos de conejo y pulseras de buena suerte.

5.    Nos deshicimos de toda música que tuviera letra fea y pecaminosa, música rock, de nueva Era, que abiertamente negara al Dios verdadero.

6.    Todo libro de origen Satánico, juegos de OUJIA, azabaches, angelitos  en forma de niñitos, figuras de Buda y dioses de piedra taínos, los sacamos.

7.    Rompimos películas y videos de magia, brujas, vampiros, falsas doctrinas, pornografía, violencia extrema, torturas, escenas dañinas a nuestros ojos.

8.    Sacamos toda ropa indecorosa,  provocativa e  indecente; que pudiera poner  en juego y dañar nuestro testimonio de creyentes en Jesucristo. Ropa transparente, corta, escotada, apretada, con letreros, fotos y promociones que no edificaban.

9.     Botamos toda la bebida alcohólica y demás vicios como cigarrillos, pipas etc.

10. Revistas, calendarios, fotos  de desnudos y pornografía las quemamos.

No se pueden imaginar la alegría y satisfacción interna cuando terminamos y sentíamos que cada rincón de nuestro hogar estaba limpio y era agradable ante los ojos de Nuestro Gran Dios y Salvador.

Muchas de estas cosas no se notaban a simple vista, pero muy en lo profundo y oculto…Ahí estaban.
Fue una búsqueda insaciable por cada rincón de nuestro hogar, pero valió la pena.

Si no has tenido una buena limpieza últimamente, te animo a que comiences con tu corazón, deja que Cristo lo limpie primero perdonándote todos tus pecados que tanto lo afean y ensucian.

Luego seguirá la limpieza de tu cuerpo y de tu Hogar.
Nada se compara con una buena limpieza, da un nuevo aspecto y belleza especial, TODO se trasforma.


¡Limpiémonos de toda contaminación…!

jueves, 15 de mayo de 2014

Mi Testimonio de Visión

(Compartido en la Conferencia de damas de ICC: ¿TUS OJOS LE IMPORTAN A DIOS?)

Por Yoli de Mallén


Nací, siendo la segunda hija de tres, de un matrimonio de Dominicanos  que se habían mudado a Puerto Rico en el  tiempo de la Revolución.

Fui una bebé normal con unos ojos grandes y aparentemente muy llamativos por sus largas pestañas que según me contaban “parecía que abanicaban”.

A mis apenas 5 años de edad  visito al Oftalmólogo,  por la insistencia y observación de mi madre, que decía que cuando miraba de lejos a un punto fijo, mi ojo derecho se desplazaba hacia afuera y hacia arriba.

 Mi diagnóstico fue: Desprendimiento de  Retina en casi un 80% con pérdida de la visión.

De inmediato y con los contactos debidos fui a parar a Nueva York donde me operaron deteniendo el desprendimiento, pero ya la pérdida de la visión era algo irreversible; solo conservé para ese tiempo un 20% del reojo y un estrabismo que nunca me dejaron arreglar, por temor a que causará peores consecuencias.


Mi niñez y adolescencia fue desde entonces,  temerosa y limitada, pues parte de las razones por las cuales se pensó ocurrió el desprendimiento fueron:
·         De nacimiento o congénito.
·         Por algún golpe.
·         O hasta por alergia

Y temiendo no pasara en el otro ojo algo parecido, mi vida fue restringida:
1.    Cero juegos ni brincos  bruscos
2.    Cero montañas rusas o cosas semejantes
3.    Cero deportes peligrosos o extremos
4.    Cero gimnasia o ballet

Solo escuchaba… ¡Cuidado! NO, NO, NO puedes, No te conviene; No es prudente… NO, NO , NO no lo hagas…Yolandita NOOOOOOO!!!!!

Por lo tanto, y sin más remedio aprendí cosas tranquilas, y  manualidades: bordado, tejido, costura, pintura. Y aún así tuve  mis inconvenientes  por incapacidad  y ninguna precisión como lo fue con:
           El Punto de Cruz… jamás pude lograrlo
           El Tennis… ni pensarlo, suspendidas las clases
           En Ping-pong… llegue hasta ser EXONERADA en la Universidad  por no pegar ni a una bolita.
           Y qué si les cuento las veces que me tropiezo y chocó con personas, carritos del supermercado, hasta esquinas o puertas abiertas que no veo del lado derecho.

Todo esto produjo en mí una joven acomplejada en extremo, temerosa a todo, indecisa,  super tímida y recogida. No me atrevía a mirar a los ojos,  pues la gente no me veía los míos atendiéndoles.

Peleé  y discutí con Dios sobremanera,  pues no entendía ¿Por qué a mí? Cuando mis padres y hermanos ni lentes usaban. Por qué yo merecía eso.

Trataba de disimular de varias formas mi problema:
Siempre sonriendo, pues así cerraba los ojos.
Usaba lentes de sol enormes, pues me escondía tras ellos.
Usaba pollina o recortes de pelo en la cara.

Aún envuelta en todos estos traumas y complejos, pues se añadieron muchos más a los ya mencionados;  conocí al compañero PERFECTO para mi vida, mi esposo amado José, él me aceptó tal cual era y a su lado fueron mejorando algunos de mis complejos.

Pero todavía quedaba el de bizca o tuerta, solo tenía que mirarme al espejo, día tras día, aparte de la gente verificando si yo les hablaba a ellos o al de atrás, otros se atrevían y me preguntaban a lo claro  ¿tú me miras a mí, y por qué se te vira el ojo?

 Para las fotos era un lío, “Señora mire aquí por favor, al bombillito…o me está mirando donde le digo”….etc.

Fue entonces cuando apareció el Señor en mi vida, El vino a buscarme, pues yo no lo buscaba, yo tenía todo lo que cualquiera puede desear: un excelente esposo, una casa propia, dinero suficiente, era madre de una niña y venía otro en camino, no tenía necesidad aparente de nada. Pero sí un vacío y una soledad íntima enorme en mi corazón, del tamaño de Dios.

Como decía… el Señor vino a mi encuentro,  así dice la Escritura: En Romanos 3:11
3:11  No hay quien entienda. 
No hay quien busque a Dios.

El Señor me abrió los ojos espirituales por Su inmensa Misericordia y pude ver a través de Su Palabra. Poco a poco entendí lo que dice Éxodo 4:11
4:11 Y Jehová le respondió: ¿Quién dio la boca al hombre? ¿O quién hizo al mudo y al sordo, al que ve y al ciego? ¿No soy yo Jehová?

Comprendí  y acepté lo que Dios había hecho conmigo….
Y todo lo que había vivido como maldiciones y fracasos… se volvieron en BENDICIONES; el Señor me permitió dar testimonio y:
1.    Pude ser consuelo a personas con problemas de pérdida de un ojo por accidente ¡NO es el fin!
2.    Pude ser ejemplo a personas con limitaciones de otro tipo de cómo  seguir adelante en la vida sacando provecho en otras áreas.
3.    Pude ser consuelo a madres que le nacieron hijos con problemas de visión en su retina. ¡se pueden lograr muchas cosas! NO teman.
4.    Pude hablar con jóvenes monoculares traumatizados como yo, sin esperanza en su vida futura. ¡Es mucho lo que podemos hacer!
5.    Llegué a ser una Profesora por 23 años dónde era difícil fijarse pues no sabían dónde era que estaba mirando.
6.    Llegué a recibir el mejor piropo de mi vida de un niño de 7 años que cuando le expliqué , respondiendo a su pregunta, que mi ojo se volteaba a su antojo para donde él quisiera… me dijo “GENIAL” WAOOOO.

 Estamos claro,  todos tenemos diferentes limitaciones en la vida  pero lo importante es aprender de ellas y sacarles el mejor provecho. Solos, es difícil… pero con Cristo todo se puede, pues es nuestra fortaleza.

En mi carne yo sé lo que es NO VER (solo tengo que cerrar un ojo) sé lo que es ver a medias literalmente, pues con el tiempo por aparición de una  catarata he perdido la visión total del ojo derecho.

Viví en un mundo en oscuridad: con falta de gratitud, rebeldía e insatisfacción conmigo misma, un mundo de miedo, angustia, soledad, tristeza y vacío total.

Pero ahora con el Señor encontré sentido y propósito a todo lo que me había ocurrido.
Dios lo tenía  en Su Perfecto Plan Divino para mí, y solo para mí, especial para mí, ¿Cómo va a querer mi Padre Dios tan amoroso algo malo para la niña de sus ojos, Yo?

Por lo tanto:
  • De falta de gratitud… pasé a ser agradecida.
  • De rebeldía… pasé a la obediencia incondicional.
  • De insatisfacción… paseé a la confianza plena.
  • De miedo y angustia… pasé al verdadero temor y reverencia al Dios Todopoderoso.
  • De soledad y tristeza… pasé al gozo inefable.
  • Y del vacío espiritual… pasé a la llenura total del Espíritu Santo de Dios.
Con mis ojos naturales…. Tengo limitaciones.
 Pero con mis ojos espirituales NO tengo límites…

  1. Puedo ver y entender la Santa Palabra de Dios.
  2. Puedo ver la obra del Espíritu Santo en mi vida.
  3. Puedo ver las maravillas y misericordias de Dios trabajando en mí, cada día.
Ejemplo de esto es que ahora a mis 60 años,  el Señor me permitió una operación de estrabismo y se ha podido corregir la desviación casi por completo. NO la visión, pero por primera vez en mi vida he visto mis ojos derechos, todo gracias a las misericordias inmerecidas de mi Señor, a Sus regalos para mi.

  1. Estoy segura que mi vida no termina aquí sino  que tengo vida eterna cuando esta termine.
  2. Entiendo por qué nací, la vida que he tenido y para dónde voy.
  3. Y lo más Glorioso es que podré ver a mi Señor y Salvador, pues en Apocalipsis 22:3-5 dice que  le veré  cara a cara y reinaré por los siglos con Él.
22:3 Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán,
22:4 y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes.
22:5 No habrá allí más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará; y reinarán por los siglos de los siglos.
Y ya no hay más nada que decir…
Dios les bendiga.


lunes, 13 de enero de 2014

El Camino

Por Yoli de Mallén




En la ruta de la vida, ¿Cuántas veces te has preguntado si estás en el Camino Correcto?

A veces tienes una ruta ya a preconcebida, pero luego tu marido te dicta otra diferente… y lo peor cuando tu corazón te dice todo lo contrario.

¿Qué hacer?

Hay hermosos caminos a nuestros ojos, pero no todos conducen a lo mejor.
Cuántos hemos caminado por rutas inciertas y peligrosas, sin estar seguros de lo que encontraremos en el paso.

Caminar sin tener una meta, sin tener seguridad por donde vamos y sin tener un buen guía que nos enseñe… No tiene sentido, es perder el tiempo.

Pudiéramos dar vueltas y vueltas en una rotonda y no saber cual salida tomar.
Pudiéramos tomar un ancho y hermoso camino iluminado y que nos lleve a la perdición.

Pudiéramos tomar un camino lleno de obstáculos y peligros; que no nos lleve a ningún lado.

Para tomar un camino primero hay que saber a dónde queremos ir.
Dice la Biblia que el hombre sin Cristo va por caminos que parecen derecho, pero su fin es camino de muerte,

Proverbios 14:12
14:12 Hay camino que al hombre le parece derecho;
Pero su fin es camino de muerte.

Cuando estaba sin Cristo; caminaba por caminos y era como sin ruta, ni guía, ni meta; totalmente perdida.
Cuando Cristo llegó a mi vida, otra cosa pareció; lo que antes parecía oscuro, con Su Luz se iluminó.



En Juan 14:6 dice,
14:6 Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. 

Con Cristo  tengo la seguridad de andar por el verdadero Camino, tener el mejor  y único guía y la ruta o destino que necesito.
Salmos 18:32 dice,

18:32 Dios es el que me ciñe de poder,
Y quien hace perfecto mi camino;

Sin Cristo somos ciegos en caminos inciertos; pero con Cristo tenemos seguridad absoluta en esta vida y en la venidera.

¿Estás en el Camino bajo la guía y compañía de Cristo el Señor?

Nada como el Salmo 37:5, para recordarnos,
37:5 Encomienda a Jehová tu camino,
Y confía en él; y él hará.

Si no es así… ¡detente,  y no sigas en el error!