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lunes, 10 de septiembre de 2012




¿A quién sirvo?

Por Yoli de Mallén

Como mujeres Cristianas es nuestro deber buscar ¿cual es nuestro don?
Dentro de la lista que aparece en la Biblia está el don de SERVIR veamos Romanos 12:6-8,

12:6 De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe;
12:7 o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza;
12:8 el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría.

Muchas hemos visto que el Señor nos ha dado este hermoso regalo, y prueba de esto son cada una de las que están aquí ahora. Pero no podemos olvidar cómo debemos usar este regalo y de quién proviene…

*Oremos*

Si estamos hoy reunidas aquí ha sido con el deseo de aprender a hacer las cosas bien, que nos queden bonitas, bien presentadas. Y eso está bien, siempre digo como mi esposo, solo hay una forma de hacer las cosas:
 “BIEN HECHAS”.

Pero no podemos pasar por alto el verdadero propósito cuando vayamos a hacer algo.
Debemos estar seguros dónde está la verdadera motivación de nuestro corazón, hacia dónde está dirigida, hacia mí o hacia mi Salvador.
Repasemos rapidito esta historia ya bien conocida por todas, en Lucas,

10:38 Aconteció que yendo de camino, entró en una aldea; y una mujer llamada Marta le recibió en su casa.
10:39 Esta tenía una hermana que se llamaba María, la cual, sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra.
10:40 Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude.
10:41 Respondiendo Jesús, le dijo:
 Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas.
10:42 Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada.

Aquí vemos que Marta servía, y lo hacía bien, pero María escogió la mejor parte, puso su vista dónde estaba lo más importante, en Jesús, en Su palabra.

Hermanas, queremos servir pero debemos hacerlo cómo debe ser. No desviemos nuestra mirada de donde debe estar centrada.
La carta a los Colosenses es mi única motivación para todo lo que hago en mi vida, mira conmigo el capítulo 3,

3:23 Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres;
3:24 sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís.

Si hacemos esto o aquello, hagámoslo como para el Señor, y no para los hombres, que El sea muestro único motivo, nuestra única meta, nuestro único enfoque.  Así como las vísceras que  ponen a los caballos en la calle, para que no se asusten con los automóviles.

No trabajemos para nuestra propia satisfacción, no para competir, no para quedar bien y que otras me alaben, no para ganar el primer lugar, no porque soy la mejor, o tengo los adornos mas bonitos y caros, no porque gasté mas, no porque soy mas inteligente y preparada…

Sirvamos pero no como cualquiera pueda servir, seamos siervas fieles.
Así es que nos diferenciamos del mundo, que dice Mateo,

24:45 ¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo? 
24:46
 Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así. 
24:47
 De cierto os digo que sobre todos sus bienes le pondrá. 
Y que dice Mateo, en el capítulo 25,  el mismo Señor Jesucristo sobre el siervo fiel,
25:21 Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. 

En una ocasión,  hice un estudio sobre cómo debemos servir, llamado ¿Sirvo Correctamente? y sacamos varias conclusiones, de las cuales les leeré algunas rápidamente a modo de repaso. Debemos servir:

1.   Con todo mi corazón y con toda mi alma, de una manera sincera. (Deuteronomio 10:12)
2.   Con ánimo voluntario, con diligencia. (1º de Crónicas 28:9ª)
3.   Con temor, reconociendo quién nos observa en lo íntimo.
 (Salmo 2:11ª)
4.   Con alegría, no quejándonos. (Salmo 100:2)
5.   Con Humildad, reconociendo nuestra limitación. (Hechos 20:19ª)
6.   Dando un buen testimonio a los de afuera, somos espectáculo al mundo que nos rodea. (1 Corintios4:1)
7.   Por amor a mis hermanos, por obediencia a mi Dios. (Gálatas 5:13b)
8.   De buena voluntad, no forzada ni obligada, por que yo así lo quiero. (Efesios 6:7)

Para terminar solo quiero que retengan lo que nos dice 1 Corintios 4,

4:1 Así, pues, téngannos los hombres por servidores de Cristo, y administradores de los misterios de Dios.

Si vamos a servir, que seamos servidoras de Cristo.
Si vamos a administrar, que sean los misterios de nuestro Dios.

4:2 Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel. 

Pero como servidoras o administradoras… que seamos halladas siendo FIELES, PARA LA GLORIA DE NUESTRO DIOS Y SALVADOR.